Koral Carballo: Siempre estuvimos aquí

Koral Carballo
'Siempre estuvimos aquí' y el uso del activismo artístico como herramienta de sensibilización
(publicado por primera vez el C& América Latina el 27 de marzo de 2020)


En sus fotografías, la artista mexicana Koral Carballo, nacida en Veracruz en 1987, no solo explora narrativas visuales en relación con la identidad, la violencia y el territorio; también amplía las fronteras de la fotografía hacia el periodismo, las artes visuales y el documental. Su proyecto Siempre estuvimos aquí (en curso desde 2017) está dedicado a los afrodescendientes en México y aspira a representar la vida cotidiana y lo que persiste de las tradiciones e identidad afromexicanas. Para ello utiliza la fotografía documental, la fotografía familiar y las intervenciones visuales. Hablamos con Carballo sobre su proyecto.
Raquel Villar-Pérez [C&AL]: ¿Cuándo y cómo siempre estuvimos aqui ¿surgir?

Koral Carballo: Inicialmente, el proyecto se desarrolló de manera muy inconsciente. En 2014 estaba trabajando como reportero gráfico y un día decidí por impulso visitar Coyolillo, un pueblo al norte del estado de Veracruz, en México. Una vez que llegué y comencé a hablar con la gente del pueblo, también comencé a hacer preguntas sobre mí, conociéndome y comprendiéndome a mí mismo y mi identidad. Cinco años después, empiezo a darme cuenta de que el impulso que me llevó a Coyolillo vino de un afán de buscarme a mí mismo. Para mí, esto ha significado descubrir la afrodescendencia, algo que siempre había estado conmigo y con mi familia, pero de lo que nunca se hablaba.

En Coyolillo encuentro referencias muy familiares y, en cierto modo, a mí mismo. Vengo de una familia humilde donde no teníamos acceso a la fotografía y de hecho ni siquiera tenemos un álbum familiar. Entonces, cuando tomo fotos de la gente de Coyolillo, siento que estoy fotografiando todas las cosas que nunca pude ver. Mi familia simbólica.
C&AL: ¿Crees que hay una conciencia del pasado afromexicano en el México de hoy?

KC: Creo que estamos pasando por un despertar de la conciencia afromexicana, pero aún queda mucho por hacer antes de poder saldar la deuda histórica del Estado mexicano con la población afro. Por el momento, los principales impulsores de esta conciencia son los activistas afromexicanos, y estamos agradecidos de que estén movilizando este tipo de epistemología entre los ciudadanos comunes. Si bien la academia generó mucha investigación sobre la población afrodescendiente, el conocimiento simplemente se quedó ahí. En cierto modo, quiero aplicar mi proyecto dentro del activismo artístico, porque al final del día habla de la historia negra y los afrodescendientes deberían tener acceso a su propia historia.
C&AL: El título del primer capítulo de tu proyecto es 'Oculto', y se refiere a la negación de las raíces africanas en la sociedad mexicana. ¿Qué tan frecuente es esa negación hoy?

KC: En México tenemos personas que se identifican abiertamente como afrodescendientes, pero también hay quienes no. Hay gente de piel oscura que insistirá, que “¡No, aquí no hay negros!” En el vocabulario popular, la expresión “Eres negro” básicamente significa “eres feo”. Lo bueno es que, al menos en Coyolillo, los jóvenes están promoviendo la aceptación de los afrodescendientes y cuestionando los cánones tradicionales de belleza.

Este año va a ser histórico porque se va a hacer un censo de población, y así, por primera vez en más de 500 años, se van a registrar afrodescendientes. El 31 de julio de 2019 hubo reconocimiento constitucional, pero el censo será crucial para que las políticas públicas avancen. Dicho esto, todavía queda un largo camino por recorrer antes de que las personas comiencen a identificarse y dejen de negar nuestras raíces africanas.

C&AL: ¿Cómo ha recibido tu trabajo el mundo del arte mexicano y hay interés o planes concretos para crear espacios inclusivos para artistas afro e indígenas?

KC: En realidad, el año pasado fue la primera vez que mi trabajo se exhibió en mi país.

Para la presentación elegí el Zócalo [plaza principal] de Puebla, un pueblo con una gran población de afrodescendientes. Debido a que se presentó en un espacio público, la obra desafió a mucha gente; Fue una experiencia muy interesante.
C&AL: ¿Cuáles son tus planes de futuro como artista?

KC: En primer lugar, para terminar el proyecto Siempre Estuvimos Aquí; todavía quedan dos capítulos sin terminar. El tercer capítulo, donde quiero analizar la ruta afrodescendiente desde una reinterpretación histórica, y el cuarto capítulo, que trata sobre la lucha y el activismo afromexicano. Hace un tiempo conocí a Sergio Peñalosa, uno de los pioneros de la lucha afrodescendiente en la Costa Chica, en el estado de Guerrero. Me dijo que estamos asistiendo a un relevo generacional, y me di cuenta que en Coyolillo tengo amigos jóvenes que ahora están tomando las riendas de la lucha afro. Su coraje me parece increíble y muy inspirador y por eso quiero incluirlos en el proyecto.

Al mismo tiempo estoy preparando una intervención en la calle en Coyolillo. Hago retratos de afromexicanos, pero también me comprometo con ellos y hablamos sobre lo que les interesa, cómo les gustaría verse a sí mismos, etc. Para la creación de la propuesta expositiva estoy trabajando muy de cerca con ellos, porque quiero que se sientan representados y amados. Durante la exposición quiero crear un happening que se convertirá en el quinto capítulo de Siempre estuvimos aquí. Es un proyecto abierto y dinámico. Se ha convertido en un chiste permanente cuando digo que “llegué a Coyolillo en 2014 y no he podido salir”.

Para obtener más información sobre el trabajo de Koral, visite www.koralcarballo.com
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